Julio Manuel Alvarado Méndez, en el espacio de la caleta donde guardan algunas de las herramientas que usan para dar servicio a los turistas
Julio Manuel Alvarado Méndez, en el espacio de la caleta donde guardan algunas de las herramientas que usan para dar servicio a los turistas

PROGRESO.— En el local marcado con el número 2 del embarcadero conocido como “La Caleta”, se contacta al pescador Julio Manuel Alvarado Méndez, quien también es presidente de la sociedad cooperativa pesquera “Esfuerzos Pesqueros Progreseños”, quien además de dedicarse a la pesca ha incursionado también en el turismo como una alternativa de ingresos para sus agremiados.

En entrevista, Alvarado Méndez indica que fue hace 14 años que el gobierno federal les recomendó buscar una forma de diversificar el trabajo de los hombres de mar, sobre todo en épocas en las que el clima no permite salir a pescar y por el incremento en la plantilla de pescadores que hace crecer también la competencia.

Entonces decidieron entrarle al turismo con la implementación del servicio de entretenimiento conocido como “la banana”, particularmente una de color rojo con dientes de tiburón, que es la que más llama la atención de los visitantes.

Pescador, sin apoyo de gobiernos

Tras varios años de dividir sus tareas entre la pesca y el turismo, afirma que nunca han recibido ningún apoyo de los gobiernos, ni estatal ni federal, y mucho menos municipal.

Dice que ven cómo hoy día se le da impulso al turismo en todo el Estado, pero hasta ahora los apoyos dirigidos a ese sector no ha llegado a ellos, por lo que les gustaría ser tomados en cuenta para que sigan con su labor.

No pedimos que nos regalen nada, al contrario, que nos apoyen con la mitad de lo que necesitamos y nosotros ponemos la otra mitad, como lo hacen con los pescadores (refiriéndose al programa Peso a Peso)”, aseguró.

También indicó que les gustaría actualizar sus motores, pues llevan al menos 10 años de funcionamiento y ya requieren un cambio y deben tener su equipo siempre en buenas condiciones, puesto que le dan servicios al turismo tanto nacional como internacional que llega al puerto desde los cruceros o por otras vías.

Alvarado asegura que actualmente en la parte turística esta cooperativa ofrece trabajo a 10 familias y que la agrupación la conforman 50% mujeres y 50% hombres, por lo que ofrecen una oportunidad equitativa a todos para poder trabajar.

Empleo a jóvenes en Progreso

Como agremiados, agrega, también buscan cumplir con su parte social ofreciendo oportunidades de empleo a jóvenes progreseños que buscan trabajo, principalmente en vacaciones, para que puedan pagar sus estudios.

En el caso de la zona del malecón, solían ofrecerles trabajo vendiendo boletos para la banana, lo que les daba la oportunidad de practicar su inglés para que en el futuro puedan tener una mejor oportunidad laboral, pero desde las vacaciones de verano de este 2023 el Ayuntamiento les prohibió realizar labores de venta de boletos, por lo que tuvieron que recurrir a canalizarlos a las bodegas de pescado para que puedan seguir recibiendo su debida compensación económica.

Por ello hacen un llamado a la autoridad local para que les puedan permitir nuevamente salir a vender sus boletos.

Sobre ese asunto, dice que el motivo por el que les pidieron no vender boletos fue para evitar conflictos entre las personas que habitualmente venden en la zona de playa, aunque asegura que nunca hubo en realidad algún inconveniente con otros vendedores, pero optaron por trasladar a sus ayudantes a las bodegas.

Una inversión para subsistir

En todos estos años, afirma, el momento más complicado que han tenido que afrontar como cooperativa fue durante la pandemia, pues con el cierre de las playas y el puerto para la pesca se enfrentaron a serias dificultades para subsistir.

Luego, cuando llegó el momento de la reapertura, se toparon con que la banana necesitaba ser sustituida, por lo que se tuvo que recurrir a préstamos para poder adquirir una nueva, que representó un gasto de 80 mil pesos, y es que el inflable debe ser renovado cada dos años.

De igual manera, los chalecos salvavidas tienen precios de entre 1,700 y 2 mil pesos y deben ser también actualizados con frecuencia debido al desgaste por el uso constante, además de que deben mostrar siempre la mejor cara posible.

El lugar donde actualmente prestan sus servicios se ubica en el extremo poniente del malecón tradicional, justo frente al andador de madera ubicado en dicha zona de playa, lugar que les fue concesionado hace 14 años, cuando gobernaba Ivonne Ortega, cuando lograron obtener a través de la Semarnat, la concesión para trabajar en dicho lugar por espacio de 15 años.

Sobre ese tema, indica que actualmente queda aproximadamente año y medio de dicho permiso, por lo que solo esperan que ingrese el nuevo gobierno federal, sea del partido que sea, para comenzar con el proceso de renovación, mismo que debe llevarse al cabo con un año de antelación antes del vencimiento del actual.

Por ello piden a los futuros gobernantes que los volteen a ver: “Dicen que hay que apoyar a los de abajo, pues nosotros somos los de abajo, sufrimos por el mal tiempo, la piratería marina, depredación y todo lo que se padece en el mar”, finalizó.— Abraham Ismael Raz Herrera

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