MÉRIDA.- Este miércoles 8 de marzo desde las 6 de la tarde miles de mujeres comenzaron a reunirse a los alrededores de  la ‘’antimonumenta’’, el remate de Paseo de Montejo, así como las calles aledañas al parque de Santa Ana, para levantar la voz y exigir justicia por todas.

Como en cada Día Internacional de la Mujer se vieron por todos lados diversos carteles, pintas y gritos clamando justicia y exponiendo acusaciones de abusos. Al igual que en las marchas pasadas se podían ver gatitos, heroínas, personajes de series populares, letras de canciones, frases de mujeres históricas, mensajes e imágenes de abusadores así como los nombres y las fotos de ‘’las que ya no están’’. También se pudo apreciar que muchas se volvieron lienzos y mostraron su mensaje con frases en su cuerpo, así como con maquillajes coloridos y con brillos.

Pero la marcha de este 8 de marzo en Mérida tenía un condimento especial: no era una, eran dos. Dos distintas agrupaciones lanzaron sus convocatorias y, aunque quizá no era el fin, de esta forma las miles de manifestaciones cubrieron más zonas de la capital yucateca.

Cronología de las marchas del 8 de marzo en Mérida 2023

Poco después de las seis de la tarde la primera marcha, que se reunió en el parque de Santa Ana, se acomodó y partió sobre la calle 60 rumbo a la avenida Colón. Eran miles de mujeres agrupadas en distintos contingentes, primero iban las infancias, maternidades, así como las personas con discapacidad. La ola de mujeres abarcaba las inmediaciones del parque que en esta ocasión alberga el Festival de Oaxaca y la Guelaguetza en Mérida, pero eso no fue un impedimento.

En ese mismo parque se colgó un tendedero para que las asistentes pudieran dejar sus denuncias. Al grito de ”mujer, escucha, esta es tu lucha”, el grupo se fue alejando de la zona, hasta que lo abandonaron por completo.

Al mismo tiempo, y desde un par de horas previas en la ”Antimonumenta” del Remate de Paseo de Montejo se realizaron diversas manifestaciones. Ahí las otras agrupaciones se reunieron mientras un grupo de rap amenizaba el evento, las mujeres bailaban, cantaban y gritaban consignas de justicia.

Pasadas las siete de la noche el otro contingente comenzó a marchar rumbo a la Plaza Grande, encabezadas por una batucada y una mestiza gigante avanzaba y, parecía que cada vez las asistentes eran más grandes, gritaban y sus voces resonaban por los alrededores.

Mientras avanzaban hacia el primer cuadro de la ciudad, una calle atrás, otro grupo de miles de mujeres avanzaban con el mismo destino. Así sus voces eran cada vez mucho más fuerte. La división del grupo desconcertó a la policía que no sabía bien a donde ir ni que calles cerrar.

Y, mientras esas miles de mujeres gritaban y gritaban cada vez más fuerte y, avanzaban con fuerza hacia el palacio de Gobierno, resguardado con vallas y con diversos policías, el otro grupo se adueñó de Paseo de Montejo.

Ahí las manifestantes quemaron las vallas que rodeaban el monumento a Felipe Carrillo Puerto, que pasó un año con pintas y apenas hace unos días fue resguardado para su restauración.

Fui yo, con mi poder de la mujer maravilla”, se escuchó decir de una voz suave y dulce, una pequeña de menos de siete años que estaba junto a su familia y hacía, con una pose, referencia a lo que había ocurrido en dicho monumento. Momentos antes, su madre le explicaba que el muro había sido derribado por la colectiva feminista en señal de protesta.

Más adelante las manifestantes se reunían frente al Monumento a la Patria, también resguardado, pero por dos muros: unos de vallas y otro de policías. El muro no fue impedimento para que Ligia Canto Lugo, madre de Emma Molina asesinada frente a sus hijos en 2017, las interviniera pidiendo justicia por el caso de su hija.

El grupo gritaba consignas, ondeaba sus carteles, banderas y demás, cuando se llamó al silencio. Una pequeña se perdió de su madre, agachadas para una mayor visibilidad gritaban poco a poco su nombre, y después aplaudieron cuando fue hallada.

Pero el silencio volvió cuando doña Ligia Canto tomó la palabra, hizo mención del sonado caso de su hija. Después se hizo mención de los nombres de las mujeres que han sido víctimas de feminicidios en Yucatán. Fue ahí cuando diversas asistentes no pudieron aguantar las lágrimas. Minutos después, la marcha retornó hacia el remate de Paseo de Montejo.

En esa zona los monumentos a Justo Sierra y a los Montejo fueron nuevamente intervenidos, los muros que protegían al primero fueron tirados, en el otro se encendió una pequeña fogata.

Desde el monumento a la Patria hasta el Palacio de Gobierno, miles de mujeres ya divididas en pequeños grupos (porque volvían a sus casas) se habían adueñado de las calles. Aun exigían justicia, cantaban y se arropaban entre ellas para que todas pudieran llegar seguras.

Por otro lado, la fachada y entrada del Palacio de Gobierno fueron tomadas. Ahí cientos de mujeres plasmaron exigencias de justicia. Un par de metros más, otros grupos quemaron algunas vallas y carteles. Entre aplausos el fuego era avivado cada vez más, casi como el sonido de sus voces.

La primera marcha concluyó pasadas las 9 de la noche. Mientras que el segundo contingente, pasadas las 10 de la noche, continuaba la manifestación en Palacio de Gobierno, donde incluso los policías comenzaron a intentar callar sus exigencias.

El mensaje de la marcha fue similar al de años anteriores y, que se vio en otras zonas de México: continuar con la lucha para erradicar los abusos y la violencia contra las mujeres. Así como enseñarle a las infancias que son fuertes y, que no deben sentir miedo.

Aquí el vídeo de la marcha del 8M en Mérida

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Lluvia Daniela Magaña Peralta, licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), es periodista y editora web. Ingresó a Grupo Megamedia en 2018. Se especializa en información...