El padre José Gilberto Pérez Ceh, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, habló de la crisis por la baja afluencia en los templos del Centro; en la foto, la iglesia de San Juan
El padre José Gilberto Pérez Ceh, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, habló de la crisis por la baja afluencia en los templos del Centro; en la foto, la iglesia de San Juan

La pandemia del Covid-19 y la migración de las nuevas generaciones a fraccionamientos y colonias en otros puntos de la ciudad han influido en la disminución de feligreses, en mayor o menor grado, en las iglesias católicas del centro meridano.

El padre José Gilberto Pérez Ceh, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe del barrio de San Cristóbal y canónigo de la Catedral de Mérida, indicó que los que se quedaron en el Centro son los padres de familia, quienes ya son adultos mayores y aún persiste en ellos el miedo al Covid-19, por lo tanto no salen mucho y sus hijos les llevan todo hasta su casa para protegerlos.

Esta baja afluencia de feligreses se ha visto marcada en rectorías como San Juan Bautista, Candelaria, Nuestra Señora de la Consolación, Santa Lucía y la parroquia de Nuestra Señora del Carmen, en el barrio de Mejorada, que tienen comunidades flotantes y en las que el Plan de Pastoral no se puede adoptar prácticamente.

Parroquias como San José de la Montaña, Santiago Apóstol, Santa Ana y Nuestra Señora de Guadalupe aún mantienen su comunidad debido a su cercanía al Corredor Gastronómico, escuelas, mercados y capillas.

El padre José Gilberto Pérez precisó que estos templos forman parte del decanato 1 y que la disminución de la feligresía, que ya era un problema a atender, fue acentuada por la pandemia.

En el caso de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, señaló que sí hay feligresía pero también se ha notado una leve disminución de ésta. Por ejemplo, a la última misa de los domingos —que se celebra a las 5 p.m.— asisten unas 30 o 40 personas. “Antes se celebraban 14 misas, ahora solo ocho en domingo”, admitió.

Cambio de título

“Cuando se erige una parroquia es para siempre, pero el Arzobispo tiene toda la facultad de cambiar el título a rectoría o ser anexada a otra parroquia”, explicó.

Para que esto pueda ocurrir, es necesario analizar varios factores, como su número de sacerdotes y feligreses, pero no hay una cifra mínima de asistentes que, al rebasarse, haga que se pierda el estatus de parroquia.

Algunas de las consecuencias de la baja afluencia de feligreses son la incapacidad de aplicar el Plan de Pastoral y la falta de ingresos de los templos, ya que muchos son tan antiguos que necesitan atención continua por los efectos de la lluvia y el Sol; “si no hay recursos es todo un reto el mantenimiento”.

Destacó que todas las iglesias del Centro son bellas “empezando con la Catedral, a la que, a pesar de no tener comunidad, asisten muchas personas a sus servicios y necesita mantenimiento”.

Acciones

Ante esto, las iglesias del Centro intentan atraer a los feligreses ofreciendo servicios de confesiones y misas, incluso en inglés para los extranjeros que residen en la ciudad o están de visita.

También hay planes de imprimir folletos con la historia de los templos y los horarios de las misas para entregarlos a hoteles de las zonas. Asimismo, se tiene la idea de promover en las mismas iglesias los servicios que se ofrecen en otros templos. “Estamos reaccionando aunque es un poco difícil”, aceptó.

Las parroquias que tienen un poco más de gente y pueden realizar actividades con adolescentes y jóvenes deberán trabajar según el Plan Diocesano de Pastoral.

El sacerdote afirmó que la Catedral tiene buena afluencia de personas, como se ha visto en las confesiones, pero, como los otros templos, también tiene la necesidad de atender su edificación en aspectos materiales.

El padre José Gilberto Pérez animó a las personas a acudir a los templos del Centro a escuchar misa, a conocer su belleza y sus devociones, pero también promoverlas entre sus conocidos.— CLAUDIA SIERRA MEDINA

De un vistazo

Fiestas patronales

Las fiestas patronales de los templos del Centro aún atraen a un buen número de personas, como es el caso de Nuestra Señora de la Candelaria y Nuestra Señora de Guadalupe.

Enlaces matrimoniales

La iglesia jesuita de El Jesús es de las preferidas para la celebración de bodas.

Trabajo admirable

En la rectoría de San Juan Bautista, el padre Juan Castro Lara —de más de 90 años de edad— ha hecho todo lo posible para que el templo se mantenga vivo y eso es muy admirable. En esta iglesia se celebran dos fiestas, la de San Juan Bautista (en junio) y la del Santo Cristo de Amor (en septiembre).

La Candelaria

El padre Raúl Lugo también hace una labor importante en Nuestra Señora de la Candelaria.

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