Jesús Retana Vivanco publicidad Retana
Jesús Retana Vivanco, autor de 'El estanque de los cocodrilos'

Al mal tiempo buena cara. Frase favorita del club de los optimistas cuando las cosas no salían como se planeaban, ahora es imperante hacer una reflexión y anclarse de este halagüeño y viejo proverbio salido de la pluma del dramaturgo y poeta español Pedro Calderón de la Barca para su obra de teatro estrenada en 1635 que culmina con el poema de Segismundo.

La corcholata

La verdad quise iniciar con este tema mi participación de hoy después de estar sumido en una depresión muy extraña que me invadió al despertar el lunes pasado.

Ya se escribieron muchos artículos, se comentó hasta el cansancio en redes sociales y no quisiera abrir más la herida, fue un día triste para mí y creo que para una buena parte de los mexicanos que no están de acuerdo con los cuatroteros; ni modo, ahí queda este terrible asunto de la sucesión presidencial y si no acontece un milagro, el primer día de octubre estaremos viendo ceñir la banda tricolor a la primera mujer que después de ser una corcholata, el destino la convertirá en presidenta.

Hay que reír

Reír tiene sus beneficios para la salud, aumenta el flujo sanguíneo, fortalece el sistema inmunológico y libera endorfinas que actúan como analgésico en el cuerpo (es lo que necesitamos ahora).

Esto me recuerda al hombre que escuché en el cine viendo una película medio cómica que se reía de tal forma que la gente reía más de su risa que del diálogo de la escena.

Hace poco me enteré que existen terapias basadas en la risa a la que llaman risoterapia para promover la salud física y emocional de la persona, sería bueno explorar por ese camino para modificar el mal humor de algunos familiares, amigos y millones de mexicanos.

¡Ánimo!

Tampoco funciona fingir un buen humor con una sonrisa falsa que solo daña nuestra personalidad real, así que mejor hay que reír de lo acontecido, ¿qué te digo? Ya practiqué la lección de catarsis que se tiene que hacer cuando estas cosas suceden y te sientes atado de manos porque no puedes cambiar los resultados que hubieses esperado.

Con renovado ánimo seguiré tecleando, solo pido que la libertad de expresión no se termine y pueda haber voces que sigamos viendo y leyendo para tener un panorama abierto sin cuestionar o censurar la crítica. Para terminar de buen humor, tomo de mis apuntes el poema de Calderón de la Barca con el que concluye su ya mencionada obra teatral.

Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, Sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo en conclusión todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí destas prisiones cargado; y soñé que en otro estado más lisonjero me vi.

¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son.

Soñar no cuesta nada mexicano, no hay de otra, sonreírle a la vida.— Mérida, Yucatán, 10 de junio de 2024

X (antes Twitter):  @ydesdelabarrera

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