Bueno, bonito y barato.  Así dicen los que quieren comprar algo de calidad sin tener la necesidad de gastar más de lo que tienen pensado. Resulta fácil aplicarlo aunque no siempre funciona como queremos. Esta frase es utilizada principalmente de manera humorística e irónica. En realidad, se encuentra un equilibrio entre estos tres calificativos, ya que a veces comprar algo implica por lo regular un costo más elevado y si es económico termina desilusionándonos por no cumplir con un estándar de calidad.

Este refrán establece prioridades para tomar decisiones basadas en lo importante para cada persona en determinada situación. ¿Buscas calidad a un precio bajo?, la estadística dice que no lo logras en 7 de cada 10 compras. Aquí es donde aplica aquel que nos rebate con… Lo barato, cuesta caro, también aplicado a las personas, veamos:

Lo barato de una persona

Un ser humano bueno lo definimos como alguien íntegro, honesto, confiable. Lo bonito no se refiere a la apariencia sino más bien a la personalidad, le decimos bonito a lo amigable, respetuoso y comprensivo en su trato, buscamos que ambas partes contribuyan de manera justa y equitativa evitando que una de ellas cargue con el peso de las encomiendas.

Este acertijo prevalece en muchos trabajos, sobre todo en el gobierno, donde han puesto de moda la “austeridad republicana” e imprimen el sello con el que se contrata a los funcionarios aplicando la fórmula de 10% conocimiento y 90%  honradez. Una distorsión desde donde se le vea, aquí aplica lo barato y deja encuerados los calificativos bueno y bonito, luego entonces no funciona más que del lado irónico, un concepto absurdo para evaluar a un funcionario de gobierno.

No era broma la austeridad republicana

Mi amigo el Lic. Manuel Galicia, del bufete Galicia abogados, me hizo llegar la Ley de Austeridad Republicana de la que pensaba era una broma, pero estaba equivocado, fue puesta en vigor mediante un decreto publicado en el Diario Oficial el 19 de noviembre de 2019, a través del cual el gobierno se basó para a aplicar los recortes al presupuesto de egresos de 2022, 2023 y lo que vendrá para 2024 incluyendo el tijeretazo a la Suprema Corte, el INE y demás instituciones con el pretexto de eliminar los gastos excesivos y canalizar recursos para los más necesitados, que a discreción van a ir a dar a sus proyectos faraónicos… Tren Maya, Dos bocas, el AIFA y demás loqueras.

El mito del ahorro

El pensador griego Diógenes en el siglo IV antes de Cristo se hizo famoso por su estilo de vida humilde. Se dice que lo único que poseía era un manto y una vasija, caminaba con una lámpara para buscar a un hombre honesto. Destacó por su crítica a la falta de sinceridad en la sociedad de esa época. Diógenes es un ejemplo destacado, un referente de la austeridad en la antigua Grecia.

Cuántas veces no hemos comprado un producto impulsados por su precio bajo comparado con otro de mayor calidad a pesar de que contamos con el dinero para comprarlo, resulta interesante ahorrarnos unos pesos, entonces es posible que ingresemos a la estadística de esos 7 de cada 10.

En los restaurantes, puede ser que ahí se compense un poco, yo conozco restaurantes muy famosos y caros en CDMX que no le llegan a otros más económicos donde se come de maravilla, esto también aplica a Mérida y otras ciudades, aunque interviene la sofisticación de la gastronomía, el lujo, la comodidad, factores que por obvias razones se ven reflejados cuando pagamos la cuenta.

Para aquellos que buscan lo bueno, bonito y barato recuerden aquello que me dijeron mis amigos al enterarse que mi reloj se había descompuesto después de presumirlo por varios meses… Lo barato, cuesta caro.— Mérida, Yucatán, 18 de septiembre de 2023

Twitter: @ydesdelabarrera