Que tengas suerte. Hace unos días dándole un vistazo a lo que escribe Martín Caparrós, me dio la idea de retomar algunos conceptos interesantes relacionados con la suerte. Término originario del latín sors o sortis, que significa: un trozo de tierra que se podía dividir para cultivar. Definición un tanto extraña que le da su origen, sin embargo, la interpretación más común que se me ocurre es el reto que nos enfrenta a lo inesperado, a lo que el destino nos depara sea positivo o negativo. La palabra suerte es la buena víspera que podemos esperar de quien nos la desea.

Palabra que nos convoca a muchos escenarios, y uno de ellos es la superstición que en la antigüedad se confundía con la magia, con ritos paganos que ahuyentaban a los espíritus del mal para atraer el bienestar o la salud de una comunidad.

Suerte o manía en los deportes

Un clásico relacionado con la suerte sobre lo supersticioso que puede ser un deportista lo encontramos en el pitcher de un equipo de béisbol que al terminar una entrada y al dirigirse al dugout, no pisa la línea blanca que delimita el terreno; a veces la salta, otras lo hace más disimulado, como si ello fuera un mal augurio. Fernando Valenzuela lo hacía y también muchos jugadores de béisbol y de otros deportes que inventan manías por demás extrañas.

La magistral actuación de Jack Nicholson en la película “Mejor Imposible” donde interpreta a un maniático que practicaba toda clase de suertes para evitar la mala suerte, nos ilustra con buen humor lo que la gente hace por evitar algo negativo.

El número de la suerte

Los números también son un ícono de la suerte. Para unos el número 13 es significado de buena suerte, pero el lado negativo del 13 lo vemos comúnmente hasta en los elevadores de  edificios en algunas ciudades del mundo, incluyendo la Ciudad de México: no tienen en su tablero el número 13. En cambio para otros el número 7 es el representativo de buena suerte, o bien cualquier otro que asocien con algo que les ha sido favorable en la vida. Recordemos que la satanización del 13 nos la ejemplifica el conocido refrán: “Martes 13, ni te cases ni te embarques”. Para rematar este párrafo debo decir que mi esposa nació en un día 13 y lo ha tomado como un número de la suerte.

No hay que confundir esto con la numerología, dedicada al significado oculto de los números, la que define una característica muy peculiar para cada número.

Una vez fui a Las Vegas con mi sobrino Gonzalo y me repitió hasta el cansancio que su número de la suerte era el 3. El día que nos regresábamos le quedaban solo 100 dólares y los apostó en la ruleta, obviamente al número 3, y… pues ganó con el mentado número.

Es algo que no tiene una explicación concreta que va ligada al azar, al destino y para casi todos relacionado con la suerte.

Un compañero de trabajo me dijo un vez: cuando veas tu reloj y marque las 11:11 pide un deseo y se te concederá, he visto casualmente varias veces esa hora y mis deseos nunca se han cumplido.

No siempre el éxito es producto de la suerte

La suerte es como un sorteo en el cual tienes la posibilidad de ganar o de perder y no siempre se gana, pero tampoco se pierde, porque tarde o temprano el volado de la vida cambia los valores y decimos: “Fulano de tal ha tenido mucha suerte”, no pensamos que tal vez se debe a su esfuerzo y la fortuna lo está premiando, que por cierto, suerte en italiano se dice fortuna.

Cuando le deseamos a alguien que tenga suerte, estamos profiriendo un augurio positivo, le estamos deseando lo mejor, lo más positivo y así lo hemos categorizado cada vez que un ser querido o un amigo se va a enfrentar con alguna problemática, es tanto como desearle felicidades el día de su cumpleaños. De esta forma se generalizó la palabra.

El pasaje histórico nos habla de algunos métodos para adivinar en forma casual el porvenir; con las suertes de Homero u homéricas o las de Virgilio se dice que al abrir las obras poéticas de estos pensadores e interpretar las primeras palabras, se podía anticipar la suerte que se correría según el tratado de la escritura, fuese de política, cultura, amor, arte, guerra u otros temas.

La suerte, como dice Caparrós, es una suerte de cosas. La suerte, para mí, también es una forma de despedirse, por lo tanto le deseo a quien leyó este editorial… que tenga suerte.— Mérida, Yucatán  31 de octubre de 2022  Twitter: @ydesdelabarrera